Continuidad de negocio frente al COVID-19
Ante la actual crisis derivada de la pandemia por el COVID-19, un gran volumen de organizaciones ha sufrido el famoso suceso del ‘’Cisne Negro’’, lo que ha generado que cada compañía deba de estar preparada para todo tipo de contingencias.
Por ello, a la hora de localizar los posibles Cisnes Negros, las empresas deben prepararse para todo tipo de riesgos, donde no sólo se enfrentan a amenazas conocidas, sino también a los sucesos ante los que la compañía no está familiarizada y aquellas amenazas que pueden aparecer por primera vez.
La mayoría de las empresas están acostumbradas a los riesgos de las zonas superiores, para las que su gestión e implantación de planes de mitigación, así como su posterior control y monitorización, tienen asimilados. No obstante, ¿Cómo se mitiga el riesgo ante la aparición de un nuevo evento como el que estamos atravesando ahora?
En casos así, está claro que el término de la probabilidad está fuera de control (no hay posibilidad de disminuirlo). Y lo único que se debe de hacer, en caso de que se materialice este ‘’Cisne Negro’’, es minimizar su impacto en la empresa.
¿Cómo podemos minimizar este impacto? – Continuando el desempeño incluso en condiciones degradadas y evitando que los procesos de la compañía se vean afectados.
¿Qué se entiende por un Plan de Continuidad de negocio?
Es aquel documento que se proporcionará a la empresa la capacidad para aumentar la resiliencia y afrontar con éxito la aparición de este riesgo.
Dicho plan se compone de:
– Proceso de negocio críticos para la organización. – Recursos necesarios para darles soporte. – Procedimientos para implantar y mantener las operaciones.
– Equipos tecnológicos de recuperación que ejecuten dichos procedimientos. – Medios necesarios para mantener la comunicación entre dichos equipos.
La importancia de la comunicación interna y externa:
Software Compliance, monitorización contínua.
Un Software para la gestión del riesgo corporativo, debe estar preparado para que su organización planifique las medidas y responsables frente a la gestión del riesgo, especialmente, en momentos en los que la comunicación es fundamental.